Los recortes sociales, añadidos a las consecuencias directas de la crisis; paro, desahucios…, están provocando un incremento de las desigualdades y un empeoramiento de las condiciones de vida, que se traducen en un deterioro de todos los indicadores de bienestar social: esperanza de vida, morbilidad, fracaso escolar, descenso de la movilidad social, suicidios o aumento de la población encarcelada.
Cuando hablamos de sanidad pública y gratuita no lo estamos haciendo de un tema menor. Estamos hablando de un derecho constitucional, reconocido en el artículo 43: 1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud. 2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto.
Hace ya tiempo que se ha iniciado una campaña privatizadora de la sanidad, en la que juega un papel principal la estrategia de convencer a la opinión pública de las ineficiencias y problemas de funcionamiento del sistema sanitario público. En definitiva, una política de premeditado descrédito de la Sanidad Pública, como paso ineludible para que la ciudadanía termine apoyando esa privatización más pronto que tarde. Son en realidad las políticas neoconservadoras y neoliberales las principales responsables de esta situación, mediante la introducción de nuevas formas de gestión empresarial, que con la excusa de innovar, no buscan otra cosa más que anteponer el ahorro frente a la calidad de la atención sanitaria.
En ningún caso podemos permitir que nuestros gobiernos, con la fiebre de recortes y falsa austeridad, desmantelen uno de los pilares básicos de toda sociedad. No debemos consentir que sigan haciendo caso omiso a la constitución que con tanto ahínco y vehemencia defienden a voz en grito cada dos por tres.
Queremos, exigimos y tenemos el derecho a tener una sanidad pública, gratuita y de calidad. La Salud es lo primero.
El día 15 de Enero nos vemos en Fuente Dorada
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